sábado, 25 de febrero de 2017

El misterioso amigo de Pedro.

Érase una vez un niño llamado Pedro.  Pedro disfrutaba de casi todo, iba al colegio y tenía muchos amiguitos, niños y niñas, su profesora Katy era muy simpática y quería a todos por igual. 


Algunas veces, Katy se ponía triste si alguno de sus niños o niñas se portaban mal, así que directamente lo decía: - Ana, te has subido a la librería cuando te había dicho que estuvieras en tu silla, ahora estoy triste por tu desobediencia - entonces ellos se sentían mal por haber disgustado a su querida maestra.

Pedro, tenía un amigo secreto, todas las tardes, cuando salía del cole y después de merendar, se iba a ver a su amigo, se sentaba junto a él y le contaba todo lo que le había ocurrido durante el día. Su amigo le escuchaba en silencio y al niño eso le encantaba porque de ese modo, él mismo se podía oír, pasaba que a veces, oyéndose a sí mismo comenzaba a darse cuenta de que a lo mejor no había hecho lo correcto.


Por ejemplo, un día, contándole lo que le había  pasado con su amiga Marina: ella le había pisado muy fuerte sin querer y él, como un rayo la cogió por el brazo y le dio un pellizco, la niña se puso a llorar y cuando Katy preguntó qué había pasado, él dijo que Marina le había pisado pero no que él la había pellizcado, la niña no dijo nada y se llevó el castigo de la profesora.

Al contarlo a su amigo, Pedro se sintió mal por su falta a la verdad, así que al día siguiente le contó a su profesora la historia real y ella, pasándole la mano por la cabeza le dijo que había sido muy valiente por contar lo que de verdad había pasado. Después, Pedro se sintió realmente bien pues es muy bueno sentirse libre por dentro sabiendo que no hay nada que ocultar.

Su madre conocía el secreto de su hijo y lo miraba con dulzura, pues sabía que iba a encontrarse con su amigo el roble, un árbol enorme que cobijaba a Pedro después de las clases y escuchaba las confesiones infantiles de aquel pequeño ser que encontraba en su árbol a su mejor confidente. 

Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.

PD. El roble.- La importancia del roble va mucho más allá que la utilidad de su madera. La imagen de este longevo árbol es grandiosa con recias ramas que se elevan al cielo. Para todos los pueblos que lo han conocido constituye un sinónimo de fuerza, de no dejarse doblegar ante ningún obstáculo. El fruto del roble son las bellotas. Puedes leer más sobre este árbol en el enlace.