miércoles, 3 de octubre de 2018

Cómo yaya se convirtió en Abuela RoboCop

Cómo yaya se convirtió en abuela RoboCop.

Cuento dedicado a Luc y Luk.

Érase una vez una yaya que adoraba a sus nietos, como todas las abuelas. A yaya le gustaba hacer yoga y ejercicio, decía que era la mejor manera de estar más tiempo sin dar la lata a los demás, ella había sido siempre muy independiente y prefería ayudar en vez de ser ayudada, estaba muy orgullosa de ello.




De las posturas de yoga, la que más le gustaba era Guerrero II, pues decía que se sentía fuerte y poderosa haciéndola.

Un día, estaba ella saltando tan contenta y no sabe cómo, perdió el control y se cayó, fue horrible porque la rodilla le dolió mucho, la tuvieron que llevar a un hospital y allí le dijeron que se la había roto.

Mientras estuvo en la clínica conoció a muchos ángeles, iban vestidos de enfermeras y enfermeros, la cuidaban muy bien porque ella no podía hacer casi nada, estaba triste, ya no podría hacer la postura de Guerrero II ni saltar por un tiempo, pero la postura de El pez sí que la podría hacer, bueno y algunas otras, la verdad es que sólo tenía una pierna mal, todo lo demás estaba bien.

Entonces fue cuando ocurrió el milagro. A yaya la llevaron en una camilla a un sitio donde la gente tenía unas mascarillas y solo se les podía ver los ojos, habían unos cuantos de esos y todos la miraban, ella estaba muy tranquila porque una señora que no tenía mascarilla la estaba cuidando todo el tiempo y era muy simpática, se llamaba Anestesista y sonreía todo el tiempo, esa era otro ángel. Ahora viene lo bueno. Cuando los hombres y mujeres de la mascarilla terminaron de arreglarle su rodilla, le dijeron que ahora tenía titanio para siempre en su cuerpo y que se había convertido en la Abuela RoboCop, ella no podía creérselo, ¡Resulta que se había caído para transformarse en una mujer de titanio! ¡Era increíble!

Bueno, no crean que es fácil la transformación, lleva un tiempo, ahora la Abuela RoboCop está un poco fastidiada, tiene que estar quieta mucho tiempo y eso a ella no le gusta demasiado, piensa que igual el convertirse en mujer de titanio también conlleva aprender a tener paciencia, a aceptar lo que es, valorar todo lo bueno que tiene, meditar, descubrir amores y amigos, agradecer, tener sentido del humor, apreciar los detalles, la luz, el aire, los colores, la alegría, la fortaleza, la humildad.

En realidad, yaya siempre está aprendiendo, ella dice que estamos aquí para eso, para aprender. Ahora está tratando de aprender de esta transformación.



16 comentarios:

  1. Maru, me he sentido muy identificada con esa yaya de tu relato.

    Y es que, aunque yo me resisto todo lo que puedo, llegará un día en que pasaré sin remedio por todo el proceso de ángeles, anestesista y sustitución de mi rodilla izquierda por una de titanio o cerámica, no sé, porque soy alérgica a los metales, imagino que no al titanio que suena tan sofisticado y futurista.

    Lo que más teme esta yaya, es la segunda fase, porque como a la yaya de tu relato no le gusta nada estarse quieta ni depender de nadie, aunque sí tiene mucho humor y por ahí creo que tendrá que tirar cuando no haya más remedio.

    Que esa abuela RoboCop se recupere pronto y pueda volver a hacer la figura del guerrero, ahora un guerrero más potente con su parte de titanio inalterable.

    Un beso, Maru, y feliz otoño.

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    1. Apreciada Tesa, gracias por tus palabras. Espero que tomes la mejor decisión y que sobretodo tengas en cuanta que las recuperaciones son más rápidas y fáciles cuanto más joven se es. Hay veces en que hay que parar...será por algo o simplemente no tiene explicación, como tantas cosas en esta vida. Un fuerte abrazo.

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  2. Me gusta tu blog. Tal vez, creo yo, porque advierto una similitud de intención con el modesto mío, es decir escribir pensando dirigirlo especialmente a los amigos y amigas que han cumplido algunos años.
    Abrazos.

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    1. Hola Vicente, gracias por pasarte por este rinconcito que espero algún día visiten también mis nietos, como bien dices es un modesto lugar donde contar anécdotas y vivencias que pretendo convertir en cuentos con alguna moraleja. Gran abrazo y que estés bien

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  3. que maravilla de texto Un experiencia que transforma vida

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  4. Maru, espero que esa yaya robot esté muy recuperada, y ahora que es en parte biónica se inspire e invente mágicas y emocionantes historias que contar a sus nietos.

    Un abrazo y que pases unas buenas fiestas rodeada de amor, de encuentros y de risas.

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    1. Gracias Tesa, he estado ausente de los blogs pero ya voy cogiendo el ritmo de nuevo. Abrazos.

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  5. Maravilloso tu texto lleno del sabor diario que nos pasa a todos He disfrutado leyéndote
    miles de abrazos querida

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  6. Lo que más me ha gustado de la yaya de tu relato es que es sobre todo positiva, con ganas de comerse el mundo y que a todo le saca la parte más divertida, así que a ver quién para a la abuela robocop.
    Besos

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    1. Y ahora que ya vuelvo a poder hacer la postura del Guerrero II no hay quien me pareeee. Muchas gracias

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  7. Por suerte gracias al titanio y otros elementos, ante un accidente o una caída se puede seguir manteniendo una actividad aceptable. Un estupendo relato.
    Un abrazo.

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    1. Gracias Matías, un placer ver qué visitas mis humildes rincones. Abrazos.

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  8. Me encanto este texto, un placer leerlo, saludos

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